QUIROPRÁCTICO POSTURA BILBAO
Quiropráctica para corregir la postura
ESPACIO QUIROPRÁCTICO BILBAO
El cuerpo está hecho para funcionar con una postura normal. Cuando es mala, pone en tensión los músculos, ligamentos, tendones, articulaciones que empiezan a degenerar con el tiempo hasta, muy a menudo, crear problemas de espalda, dolores, rigidez o incluso imposibilidad de posicionarse correctamente.
Las malas posturas también dañan los discos intervertebrales, que pueden romperse más fácilmente y provocar una hernia discal, lumbago, ciática o pérdida de fuerza muscular, etc.
La columna vertebral protege y permite el movimiento del sistema nervioso, que es el sistema más importante del cuerpo humano. Permite transmitir la información de un extremo a otro del cuerpo, procesar y reaccionar ante la información recibida. Por lo tanto, es lo que nos permite reaccionar a nuestro entorno, lo que nos hace inteligentes. Lo controla todo, desde nuestros pensamientos hasta nuestras hormonas, órganos, sistema sanguíneo, músculos, etc.
Una mala postura altera todo nuestro cuerpo
Una mala postura altera la eficacia de nuestro sistema, que se nutre menos, capta menos información o es menos capaz de transmitirla, lo que conduce a descompensaciones, a una pérdida inútil de energía, a verdaderas disminuciones funcionales, físicas o viscerales. También impide una buena respiración, ya que los pulmones necesitan que las costillas se suben y se abran para que el aire entre de forma óptima, y encorvarse impide este movimiento.
Una mala postura puede, por tanto, perjudicar prácticamente cualquier función corporal a más o menos largo plazo.
pérdida de energía
Afecta a nuestros niveles de energía
peor respiración
Impide una correcta respiración
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Consecuencias emocionales de una mala postura
Como hemos visto, una mala postura inhibe la respiración. La respiración es esencial para el equilibrio químico del cuerpo, incluido el equilibrio ácido-base, la oxigenación de las células de todo el cuerpo y el cerebro. Al impedir la respiración, las malas posturas provocan un aumento de la acidez del organismo, y una disminución del oxígeno, y por tanto de las capacidades cognitivas y de la energía, provocando fatiga, problemas de concentración, irritabilidad, dolores de cabeza, etc.
Como también hemos visto, el sistema nervioso no es óptimo en situaciones de malas posturas prolongadas. Sin embargo, el sistema nervioso también dirige los órganos, que liberan hormonas. Por tanto, es posible que ciertas funciones químicas del organismo, hormonales, digestivas o de otro tipo, se vean alteradas por las malas posturas prolongadas (sobre todo a largo plazo)
Es importante tener en cuenta que los humanos son «animales sociales».