5 consejos para los problemas de mandíbula
El dolor de mandíbula, además de ser un verdadero obstáculo en tu día a día, es un síntoma que refleja un problema de la articulación temporomandibular (ATM) o por bruxismo. Las personas que sufren este problema experimentan un fuerte dolor en la zona y mucho estrés. Se aconseja acudir a un profesional para recibir un diagnóstico adecuado y saber de donde proviene la fuente del dolor, pero además también puedes aplicar por tu cuenta alguno de los consejos que te indicamos a continuación:
Nunca intentes forzar tu mandíbula
Aunque no tengas dolor, la mandíbula es una articulación frágil que debe moverse con delicadeza. Un pequeño disco cartilaginoso une los huesos, y se corre el riesgo de dañarlo, lo que puede provocar problemas estructurales en la boca.
Si la mandíbula se bloquea al abrirse o cerrarse, o sientes un bloqueo, pide cita en tu clínica dental lo antes posible y después acude a tu quiropráctico para que te ayude a mejorar la posición de la mandíbula.
Mejora tu postura
Todos los músculos relacionados con el mentón proceden de lo que se denomina «esqueleto axial», lo cual quiere decir que la tensión de la mandíbula se reduce si la columna vertebral está recta y la cabeza tiene una postura adecuada. Te aconsejada cuidar tu postura corporal tanto en el trabajo como en tu tiempo libre.
Realiza ejercicios con la mandíbula
Existen ejercicios que puedes realizar en casa para ayudar a fortalecer y relajar los músculos de la boca. Te indicamos cómo realizarlos:
- Abrir y cerrar la mandíbula: Con la lengua en el paladar, abre y cierra lentamente la boca, sin llegar a la zona de chasquido o cierre. Es importante relajar los músculos de la zona, para que el ejercicio sea efectivo. Si quieres también puedes añadir resistencia sujetando la barbilla con una mano.
- Movimiento lateral de la mandíbula: Con la lengua en el paladar, relaja la mandíbula y déjala caer unos milímetros. Mueve suavemente la mandíbula de izquierda a derecha. Puedes añadir resistencia poniendo las manos planas en la parte posterior de las mejillas.
- Movimiento vertical de la mandíbula: Con la lengua en el paladar, suelte el mentón y déjala caer unos milímetros. Desliza la mandíbula hacia adelante y después, hacia atrás. Sujeta la barbilla durante el movimiento si quieres añadir resistencia.
Aplica calor y frío
Puedes relajar los músculos y reducir el dolor poniendo una toalla caliente en la zona afectada. El calor no debe usarse si tiene un proceso inflamatorio en marcha. También puedes poner hielo en los músculos tensos, pero ¡Ten cuidado! No lo pongas directamente sobre la piel si no te quieres quemar y tampoco lo sostengas durante más de 15 minutos sobre la zona de dolor.
Intenta relajarte
Los músculos de la zona son sensibles a su estado emocional, intenta relajar tu mente meditando o realizando actividades relajantes. Evita el estrés y los movimientos bruscos, al mismo tiempo que alimentos demasiado difíciles de masticar, como manzanas, zanahorias, gominolas o chicles.
Si pareces tensión o dolor mandibular te aconsejamos que acudas a nuestro centro quiropráctico para ajustar la posición de tu mandíbula. Mediante una serie de chequeos neurológicos y de mandíbula podremos conocer tu situación y aplicar los ejercicios necesarios para mejorar la movilidad, quitar la presión y el dolor..